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A quién no se le ha olvidado el nombre de una medicina, de qué medida es el filtro de la cafetera o el número de confirmación de tus boletos del cine o de avión? Pues hay una forma muy fácil de tener toda la información que tal vez no se te había ocurrido: tomar fotografías de las notas o cosas importantes y tenerlas contigo en todo momento.
También puedes usar tu correo electrónico o aplicación de notas, pero tu cámara del teléfono celular te darán un recordatorio visual de cosas en las que el empaque o la forma es importante, incluso, si necesitas que alguien más busque o compre algo por ti, una fotografía evitaría equivocaciones.
Aquí te presentamos una lista de 10 cosas que podrían sacarte de un apuro si cargas una fotografía en tu celular.
- Un recordatorio de dónde te estacionaste. A quién no se le ha olvidado en qué piso y sección del estacionamiento de un enorme centro comercial está su coche. Más vale prevenir que dar mil vueltas en el carrito de vigilancia hasta encontrarlo.
- Los cartuchos de tu impresora. Es hasta que los tenemos enfrente que nos damos cuenta de que no sabemos cuáles son exactamente. Con una fotografía evitaríamos comprar el innecesario o quedarnos sin impresora hasta la próxima vez que visitemos la papelería.
- La talla de ropa de los miembros de tu familia. Para un regalo o una compra de emergencia, es mejor saber qué talla comprar en lugar de hacerlo al tanteo; así nos ahorraríamos situaciones embarazosas como regalar una prenda demasiado grande.
- Las medidas del filtro de tu cafetera o de tu filtro de aire (si tienes aire acondicionado) o de la bolsa de la aspiradora. Al igual que los cartuchos de la impresora, nos permitiría no gastar en cosas que no nos sirven o tener que dar varias vueltas al supermercado.
- Los números de confirmación de tus boletos de avión o autobús o del cine. Sin duda te ahorrarías dinero por cancelaciones y evitarías llegar al mostrador y hacer el ridículo al no recordar los datos.
- Las cajas y etiquetas de tus medicamentos. Más vale prevenir que te equivoques de prescripción o que el dependiente de la farmacia te dé algo que no necesitas.
- Los tipos de focos que le quedan a tus lámparas. Es una de esas cosas que uno no memoriza hasta que llega al estante del supermercado y no sabe qué modelo o marca poner en el carrito.
- Las recetas que descubras en libros o revistas en el pasillo de una tienda o en el consultorio del dentista. Si no quieres comprar el impreso, pero sí probar la receta, no arranques la página, mejor tómale una foto.
- Cualquier cosa que quieras comprar después, por ejemplo, la marca de una pluma que te prestaron en el banco o el nombre y marca de un champú, perfume o alimento que hayas probado y quieras buscar después.
- Muebles o elementos de diseño caros que descubras en las tiendas, pero que puedas hacer en tu propia casa. La inspiración llega cuando menos te lo esperas, si algo la inspira, más vale tomarle una foto para recordar qué se te ocurrió.
Yo agregaría las portadas de los libros que quieras comprar después o fotografías de documentos importantes como tu licencia o tu inscripción al Registro Federal de Contribuyente (RFC). En el caso de las mujeres (y probablemente algunos hombres) también resulta útil guardar una fotografía del corte de cabello que quieres al llegar con tu estilista o de un look que quieres copiar cuando vayas de compras.
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