lunes, 7 de noviembre de 2011

¿Cuanto vale un billete de Mil pesos?


¿Cuanto vale un billete de Mil pesos?



Alfredo, con el rostro abatido se reúne con su amiga Marisa en un bar a tomar un café.

Deprimido descargó en ella sus angustias...que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que sus hijos, que sus amigos... Todo parecia ir mal en su vida. 

Se sentia terrible consigo mismo, tenia el amor propio por el piso, cada cosa que intentaba para resolver sus problemas le resultaba peor, no se sentia cómodo siendo quien era.

Marisa introdujo la mano en su cartera, sacó un billete de 1,000 pesos y le dijo:
- Alfredo ¿quieres este billete?

Alfredo, un poco confundido al principio, inmediatamente le dijo:

- Claro Marisa... ¿quién no lo querria?

Entonces Marisa tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo un pequeño rollo. Mostrando la estrujada pelotita a Alfredo volvió a preguntarle:

- Y ahora ¿igual lo quieres?

- Marisa, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 1,000 pesos, claro que los tomaré si me lo entregas.

Entonces Marisa desdobló el arrugado billete, lo tiró al piso y lo restregó con su pie en el suelo, levantándolo luego sucio y maltratado le preguntó:

- ¿Lo sigues queriendo?

- Mira Marisa, sigo sin entender que pretendes, pero ese es un billete de 1,000 pesos y mientras no lo rompas conserva su valor...

- Entonces Alfredo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee SIGUES siendo tan valioso como siempre lo has sido... lo que debes preguntarte es CUÁNTO VALES en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado. Tu valor no disminuye de ninguna manera porque tengas problemas o te sientas mal contigo mismo, eres quien eres y lo sigues siendo.

Alfredo se quedó mirando a Marisa sin atinar con palabra alguna mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro.

Marisa puso el arrugado billete de su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó:

- Toma, guárdalo para que recuerdes esto cuando te sientas mal...pero me debes un billete NUEVO de 1,000 pesos para poder usarlo con el próximo amigo que lo necesite.

Le dio un beso en la mejilla a Alfredo -quien aún no habia pronunciado palabra- y levantándose de su silla se alejó con rumbo a la puerta.

Alfredo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó en su billetera y dotado de una renovada energia siguió adelante con su vida, convencido del valor de si mismo y su gran posibilidad de resolver todas las dificultades.

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